Augusto
Lostaunau Moscol *
“Adiós. Todo está en tus manos, vuela
otra vez y las veces que sea necesario…”
Franklin
Carbajal (2013)
El
gran Historiador de la República pasó a la inmortalidad un 29 de junio de 1980.
El Perú problema empezaba a vencer al Perú posibilidad. En esa década, los
peruanos ingresamos a un periodo del cual mucho se ha dicho: violencia
terrorista, corrupción generalizada, hiperinflación, politización de los cargos
públicos y privados, etc. Fue la década que Jorge Basadre no logró ver. Quizás
sus reflexiones hubiesen sido muy importantes.
Pero,
Basadre fue sobre todo una persona honesta. Jamás negó lo que sintió, hizo o
pensó. No estuvo en el cálculo político de agradar o desagradar, simplemente
fue como fue. Esto le originó cierta rivalidad política con algunos de sus
contemporáneos. Mientras que, también fue muy apreciado por los suyos. Jorge
Basadre jamás necesitó mantener una posición de genuflexión frente al poder o
al seudo poderoso. Como maestro sanmarquino, fue el depositario del mayor
conocimiento de su época. Y siempre volcó dicho conocimiento a sus jóvenes
alumnos que lo admiraban por sus conocimientos y por la franqueza de su
palabra. Alguna vez, conversando con el historiador Fernando Lecaros, nos contó
de lo agradable que fueron sus clases, pero más agradable eran las tertulias en
la cafetería de la universidad.
Y
dentro de esa franqueza que caracterizó a Jorge Basadre, destaca que jamás negó
su amistad con José Carlos Mariátegui, pese a tener ideas muy distintas,
Basadre siempre sintió gran admiración por José Carlos Mariátegui. En una
entrevista publicada, de manera póstuma, en 19811, Basadre dijo:
“Fíjese
usted yo he conocido a Mariátegui siendo muy joven, porque el año 1915, siendo
yo un estudiante de colegio, en unas vacaciones se me ocurrió ir a leer a la
Biblioteca Nacional; me botaron porque no tenía la edad suficiente. Entonces mi
familia me consiguió una tarjeta para el Director de la Biblioteca, que era el
Doctor Luis Ulloa, que había reemplazado a González Prada, González Prada
renunció con motivo del golpe militar de Benavides en 1914. Benavides nombró a
Ulloa, que fue el que fundó el Partido Socialista después el año 1919 con
Carlos del Barzo. Entonces Ulloa cuando vio la carta de alguien vinculado a él,
le hizo gracia el asunto. Me dijo: “¿cómo usted, estudiante, está queriendo
meterse en la Biblioteca antes de jugar en la calle?, entonces yo voy a cumplir
el reglamento, pero al mismo tiempo voy a ayudarlo a usted” entonces me dio una
mesita. En ese tiempo la biblioteca era muy pobre, muy andrajosa. Me dio una
mesita en su despacho y ahí me llevaban los libros que me interesaban,
Mariátegui que era periodista de La Prensa, iba mucho donde Ulloa,
era muy amigo de él, así que en esa época lo conocí, el 15 de julio. Entonces
de ahí me vino una especie de manía de seguir a Mariátegui, lo leía cuando pasó
de La Crónica a El Tiempo, cuando sacó el periódico La Noche contra El Día.
Como en ese entonces, por esa época, existía un periódico El Día, Mariátegui
sacó un diario La Noche contra Pardo, después abrió Nuestra Época, tuvo el
pleito con los militares. Yo era muy niño, pero seguía con todo detalle”.
La
amistad de Jorge Basadre con José Carlos Mariátegui se inició en la Biblioteca
Nacional en 1915. Un muy joven Basadre se convirtió en un lector permanente de
nuestra más prestigiosa casa cultural. Ahí, no sólo encontró libros, sino
también a personas interesadas en la política y la cultura del país. José
Carlos Mariátegui despertó el interés de Jorge Basadre por entender los sucesos
del Perú de inicios del siglo XX. Pero, la amistad continuó. Basadre recuerda
que:
“Después
sacó La Razón, el diario La Razón, y en La Razón nos ayudó después con la
Reforma Universitaria del ´19 con una serie de artículos. Como nosotros, los
que interveníamos en ese movimiento, íbamos con gran frecuencia a las oficinas
de La Razón, que quedaban en la calle Pileta de la Merced2”.
Con
el testimonio de Jorge Basadre podemos percibir que, desde su Edad de Piedra,
José Carlos Mariátegui se comprometió con las luchas sociales y apoyó las
justas demandas de las grandes mayorías. Los estudiantes de San Marcos
protagonizaron la Reforma Universitaria de 1919 contra los “ilustres” y
“reconocidos” profesores que en todo momento se oponían al cambio y a la
democratización de la vida académica en la universidad. Los estudiantes –esos
que muchos ahora calificarían como “desconocidos” o “extremistas”- decidieron
cambiar la faz de la universidad y organizados lograron sus derechos. José
Carlos Mariátegui apoyó desde La Razón ese movimiento.
Luego,
en la entrevista, Jorge Basadre dice:
“Fíjese
usted, Mariátegui era extraordinario, era un genio, un genio, que hombre de
tanta integridad, a mí nunca me hizo propaganda de nada, nunca me dijo vuélvase
usted comunista, inscríbase en el Partido, nunca nada de eso, absoluta
reserva”.
Un
íntegro Jorge Basadre reconoce la integridad de José Carlos Mariátegui, a quien
califica de un genio e íntegro. La valía de un hombre crece más cuando otro
hombre valioso lo reconoce. Y, en este caso tenemos el mejor ejemplo. Pese a
las diferencias ideológicas y políticas, Jorge Basadre siempre reconoció –hasta
el final de sus días, podríamos decir- su sincera y perdurable amistad con
Jorge Basadre. Sólo un hombre valiente y honesto puede hacer eso. A Basadre no
le importó toda la campaña de satanización y desprestigio contra José Carlos
Mariátegui. Para él siempre fue su amigo.
Así
fue Jorge Basadre. Un historiador a carta cabal. Los historiadores de hoy
tenemos en Jorge Basadre un paradigma de integridad. Los socialistas de hoy
tenemos en José Carlos Mariátegui un paradigma de honestidad.
*Historiador.
1.
Jorge Basadre. La Historia y la política. Noé Jave (compilador). Lluvia
editores. Lima-Perú. 1981.
2.
La Calle Pileta de la Merced es actualmente la primera cuadra de la Av.
Emancipación.