En
los últimos años, desde las ciencias sociales se han implementado algunas
nuevas variables para intentar comprender la esencia del poder. Se ha planteado
la existencia del Poder Ilimitado; del Poder de los Sin Poder y el Poder sin
Poder. Todos estos intentos de interpretar nuevos fenómenos político-sociales a
nivel mundial, siempre han reparado en entenderlos a partir de la relación
entre los Estados más poderosos. Así, como indica María Celsa Rodríguez:
“Las relaciones de poder
marcaron la historia de la humanidad, sin embargo, el poder a nivel mundial se ha
debilitado, ya que los líderes de hoy no tienen las capacidades, ni las
cualidades para enfrentar las crisis, los problemas, ni los retos que los
acorralan. Los mandatarios tienen menos poder que quienes lo precedieron. Si
miramos los protagonistas de la Conferencia de Yalta, más allá del momento
histórico y de su contexto geopolítico, tanto Roosevelt, Churchill y Stalin no
pueden compararse con el grado de poder que hoy ostentan Obama, Cameron y
Putin. Están más limitados, más debilitados”.
El
ejemplo es muy claro e ilustrativo: los gobernantes de las potencias han tenido
que dejar la práctica del Poder sin límites para plantear espacios de diálogo.
Aunque, actualmente con Donald Trump esta primavera parece haber llegado a su
fin.
Para
el presente texto, no tendremos en cuenta esta forma de entender la idea de
Poder si Poder, porque lo que motiva el siguiente escrito no es la relación del
gobierno peruano actual con sus pares extranjeros. Lo que buscamos es destacar
que, al interior del propio Perú, nuestros Poderes también han llegado a ese
momento de no tener poder.
El
caso específico es conocido por todos. En plena celebraciones por el Día de la
Madre 2017, los medios de comunicación particulares y con intereses han
informado que el causante de un accidente de tránsito que causó la muerte de
una persona fue favorecido en segunda instancia por un fallo inaudito. El
conductor de Tv y músico Eduardo Saettone Arróspide atropelló a la señora María
Elena Coronado (69 años) en la madrugada del 23 de agosto de 2012. La víctima
falleció cinco días después. La policía redactó el informe sobre el accidente
indicando homicidio culposo, lo que determinó que la 39° fiscalía provincial de
Lima en lo penal, lo denunciara por el mismo cargo. Además, la fiscalía citó al conductor quien
no asistió dos veces.
El
2014, Saettone Arróspide es declarado Reo Contumaz (igual que Alan García Pérez
en la década de 1990). En el 2016, fue sentenciado a cuatro años de prisión
efectiva, a pagar una reparación civil e impedido de por vida a conducir. El
procesado no se presentó a la lectura de la sentencia pasando a la
clandestinidad.
El
21 de abril de 2017, el señor Eduardo Saettone Arróspide, quien jamás asistió a
las citaciones de la fiscalía; quien fue declarado Reo Contumaz y no asistió a
la lectura de la sentencia pasando a la clandestinidad, es favorecido en la
apelación. La prisión efectiva es dejada de lado por prisión suspendida y podrá
conducir cualquier vehículo pese a que atropello a una mujer y causarle la
muerte.
El señor Eduardo Saettone Arróspide ha declarado en un
programa de Tv:
“Si es que yo acudía y me entregaba en esa primera instancia,
estaba aceptando la sentencia y yo no la aceptaba porque era desproporcionada”
Es
decir, el Reo Contumaz y clandestino determinó que la sentencia del Poder
Judicial del Perú “era desproporcionada” y decidió no acatarla. Entonces, el Poder Judicial
del Perú decidió rebajar las condiciones de la sentencia para que el señor
Eduardo Saettone Arróspide acepte la sentencia y la cumpla porque ya no es “desproporcionada”.
Entonces,
surgen varias interrogantes: ¿El Poder Judicial del Perú aplicará justicia
teniendo en cuenta la opinión del sentenciado? ¿El Poder Judicial del Perú aplicará
justicia teniendo en cuenta el estado de ánimo del sentenciado? ¿El Poder
Judicial del Perú aplicará justicia pidiendo la autorización previa del
sentenciado? ¿El Poder Judicial del Perú aplicará justicia teniendo en cuenta
la “PODER” del sentenciado?
Si
en la década de 1970 en Cajamarca surgieron las Rondas Campesinas porque las
comunidades “no confiaban” ni en la policía ni en los jueces; ¿Surgirán las
Rondas Urbanas Limeñas para castigar a los choferes que atropellan y asesinan
porque “desconfían” del Poder Judicial del Perú que prefiere no ser considerado
“desproporcionado” por el autor de los delitos? El Poder sin Poder del
Poder Judicial en el Perú es un síntoma de la grave crisis que sufre nuestro
país.
*Historiador. Magister. Docente UNMSM.