Escribe: Augusto
Lostaunau Moscol *
“El efecto de distanciamiento consiste en destacar las ideas y las decisiones en una obra sin intentar sumergir al público en un mundo ilusorio, para así evitar la catarsis”.
Adriana Santa Cruz
El sábado 9 de septiembre de 2017, el diario Perú 21
publicó un texto ¿confesional? de Mijail Garrido-Lecca, un joven narrador de
noticias –mal narrador a decir verdad- que en algún momento intentó ser “comentarista
político” y que finalmente se convirtió en el personaje de los memes más
jocosos que hayan colgado en las redes sociales miles de jóvenes de nuestro
país durante la última campaña presidencial.
El
texto de marras se intitula A mi tía Maritza, donde quiere
realizar una suerte de “juicio popular” a quien –de alguna u otra forma- es su
innegable familiar. Pero, si bien es cierto que cualquier persona tiene derecho
a coincidir o discrepar con las ideas de los demás, incluyendo con los de su
propia familia, el joven narrador de noticias olvidó que existen las formas
para poder realizarlo. Aunque, cuando se trata de hacer de la noticia un teatro
barato, un teatrastro o un insulto de teatro, todo es válido. Más aún, cuando
desesperadamente se busca sacar provecho personal de los hechos y colocarse a
la palestra de los jóvenes defensores de la patria, el orden democrático y la
vida. Claro es que, todo esto último es simple campaña. ¿La idea será dejar de
ser narrador de noticias y ser parte de la lista de regidores del compañero de
su papi?
El
joven narrador de noticias parte de la siguiente forma:
“Hemos tenido la suerte de
no conocernos. Prima segunda de mi padre, nunca tan familia como el apellido
condena. Yo tenía tres años cuando encontraron en tu casa al gorgojo asesino al
que escondiste en los últimos movimientos de su danza esquizofrénica. Hay, sin
embargo, algunas cosas que quiero decirte ahora que serás libre y que algunos
han decidido recibirte en un puerto especial –condescendiente–. Por tu privilegio:
por blanca. Por pituca, tía”.
El
narrador de noticias nos indica que posee un apellido “diferente”,
“distinguido” “¿aristocrático?”, que por ser compuesto lo diferencia del
“resto” de los peruanos y, por lo tanto, le es imposible negar el vínculo familiar
que tiene con el personaje a quien escribe una epístola bastante mal redactada.
Y claro, en el Perú todos sabemos que tanto él, como su papá, su tía, su tío,
etc. son familia. Pero, lo que los diferencia de los “demás” es que en el caso
de ellos, el apellido compuesto (“¿aristocrático?”) los condena a no poder
negarlo. Es decir, él es un Garrido-Lecca y eso no se puede negar –por más
pataletas públicas que pueda realizar-; él no es un peruano de apellido “común”
(¿de apellido feo?), mejor dicho, él no es un García, un Pérez, un Quispe o un
Mamani. Y, ese apellido compuesto ha sido manchado por la tía que no conoce.
Que jamás visitó. Con la que no quiso conversar. Que desde niño supo estaba en
la cárcel cumpliendo una condena de 25 años por los delitos públicamente
conocidos. Y, por arte de magia, dos días antes de su libertad, él condena. El
narrador de noticias no nos dice algo como: “tía te fui a visitar para decirte
un par de verdades en la cara y no me recibiste”; no dice eso, por lo
contrario, argumenta que se lo quiere decir recién ahora porque a ella la
tratarán diferente “Por tu privilegio:
por blanca. Por pituca, tía”. Vale decir, que él también tiene privilegio
(y vaya que si los tiene); que él también es blanco y que él también es pituco.
Su tía –que felizmente no conoce- lo eleva en estatus social. Sirve para
distinguirlo. ¿Votarán por él las jovencitas pitucas y progres? No cabe duda
que la campaña electoral 2018 ya empezó.
Continúa
su epistolastro con:
“Tenemos
un problema de sangre. Y nada tiene que ver el tatarabuelo Teodoro; es sangre
literalmente: tenías mi edad cuando te enrolaste en la horda que empujó al Perú
al machete, al dar la vida por el partido, al puño en alto, al coche bomba, al
patria o muerte. Pero fue solo eso: muerte. La misma democracia que quisiste
aniquilar te ha hecho libre, con sus leyes y sus burócratas; muy bien. Que tu
libertad sea ahora tu perpetua condena. Que pronto camines por las calles y
veas que esa ciudad que te llevaste contigo al encierro ha muerto, como tu
juventud. No hubo revolución, ni dictadura del proletariado. Esa pobreza que
tus inquilinos secuestraron para inventar una guerra fratricida todavía golpea
a nuestro país. Hay miseria, dolor, cadáver y náusea; pero también optimismo y
democracia. Hay libertad, y esa es una fuerza más poderosa que cualquier fusil.
Tu guerra nunca fue la paz del futuro, tía”.
Nuevamente
nos enrostra que él –junto a su tía malquerida- son descendientes de Teodoro
Garrido-Lecca, el abogado trujillano que en 1942 presentó su tesis sobre El Sistema de las Legítimas y la Libertad de
Testar, con la cual culminó el debate sobre la herencia libre en la cual
también participo un joven brillante como Héctor Cornejo Chávez; Además, don
Teodoro también fue director del diario El
Universal, que apoyó decididamente la campaña presidencial de Manuel Pardo.
Es decir, nuestro narrador de noticias –y su tía 25 años presa- son
descendientes de un “peruano connotado y distinguido”. Eso los hace familia y
los convierte en peruanos diferentes a los demás. No dijo que rechaza la
violencia y la muerte, tuvo que recurrir a su abuelo. ¿Habría hecho lo mismo si
su abuelo hubiese sido un campesino migrante que vendía tubérculos en La Parada
y como un chamán andino pasaba el huevo con ají amarillo para quitar el susto?
Así mismo, saca a relucir que en los últimos 25 años todo ha cambiado. Parece
que nuestro narrador de noticias egresado de la PUCP no llevó –o faltó mucho- a
sus cursos de historia porque debe saber que todo cambia y se transforma. Que
la realidad es heterogénea y dinámica. Que sólo en los museos la realidad es
estática. Y si bien es cierto, el Perú ha cambiado en los últimos 25 años, en
su esencia sigue existiendo la discriminación (como ejemplo didáctico tenemos
su epistolastro a su tía que no conoce que, pese a estar pésimamente redactada
se publica en un medio de comunicación), sigue existiendo explotación del
hombre por el hombre, sigue existiendo la corrupción (¿y su epistolastro a otro
familiar vinculado a casos de corrupción?) y, lo más dramático, es que parece a
nadie interesar. Se dice que en el Perú los problemas o se solucionan solos o
no se solucionan. Una aclaración a nuestro joven narrador de noticias: Patria o
Muerte fue un eslogan de las guerrillas latinoamericanas con visión marxista
propia. El partido de su tía jamás la pronunció.
Y
para garantizar apoyo económico a su discurso electoral para las elecciones del
2018, dice:
“Ojalá que visites cada
rincón del Perú y veas cómo se doblaron tus leyes de la Historia. Ojalá que te
encuentres con tus camaradas envejecidos y que vean en cada cana y en cada
arruga que los pinte una risa muerta, una bomba, un perro y un poste. Ojalá que
veas a esos izquierdistas viejos que, miraflorinos, te repitieron que fusil,
que granada, que la lucha era armada. Pero que los veas en un Starbucks,
haciendo patria todavía. Ellos son, ahí están”.
Los
perros y los postes fueron de la época en que su tía era una adolescente. Y el
negocio que cita no ha hecho el Perú. Nuestro país ha salido adelante porque
los miles de peruanos que el modelo neoliberal marginó y sentenció al despido,
crearon su propio empleo. Miles de pequeños negocios que fueron favorecidos por
nuestra tradición andina de vivir y trabajar en familias extensas. Se debe
agradecer a las miles de mujeres que dejaron el hogar y se pusieron a vender
anticuchos en las esquinas de la ciudad, a los miles de señoras que venden su
emoliente y pan con tamal, esa forma de comida rápida muy nuestra que los
antropólogos alienados no ven. Los taxistas de madrugadas interminables. Ellos
–junto a muchos otros- han construido y transformado el Perú en los últimos 25
años. Pero, si existe algo estático: La Corrupción de los gobernantes. De los
últimos 25 años, todos los ex presidentes están vinculados a casos de
corrupción. Se olvidó de eso el narrador de noticias.
Termina
diciendo:
“Vive por siempre en el
fracaso de tu utopía. Crúzate con viudas y con huérfanos, que se esconden, pero
viven. Escucha siempre los gritos y los llantos de los que eres responsable. Sé
libre entre las tumbas y los senderos de Lucanamarca y allí baila –en silencio–
una fúnebre con los fantasmas de los niños que tu sueño hizo morir. Pero, sobre
todo, encuentra derrota en cada mirada: la libertad –ahora tuya– es nuestra
victoria. La de la democracia, la de la razón y la de la paz”.
Y de
seguro que la ex presidiaria por los delitos públicamente conocidos se cruzará
en la calle con los familiares de las víctimas de los demenciales asesinatos de
su partido. Y esperamos que los familiares de las víctimas la encaren. Le digan
todo el sufrimiento que pasaron al saber que sus hijos, sus hijas, padres y
madres, fueron cobardemente asesinados por la espalda. Pero, también se
encontrará con los familiares de las víctimas del Comando Rodrigo Franco, banda
paramilitar conformada por asesinos del PAP, el partido de su padre; y con
familiares de las víctimas del grupo COLINA, grupo paramilitar del fujimorato. Qué
les dirá a ellos el narrador de noticias.
No
cabe duda que el narrador de noticias ya está en campaña. Está haciendo los
méritos para ser incluido en la lista de regidores del movimiento del amigo de
su papi. Y para ello, su mejor idea fue sacar provecho de su tía. Sacar
provecho de su propia familia. Explotar la imagen de su tía. Explotar la imagen
de una mujer. Parece que narrar noticias le ha permitido conocer que explotar
la imagen d una mujer es de mucho provecho.
Adriana
Santa Cruz anota que:
“Para
Brecht era necesario un distanciamiento emocional del espectador ante la obra,
ya que el teatro debía “mostrar y explicar ideas de una realidad que
consideraba cambiante”, y el público debía reflexionar de una manera crítica y
objetiva. Si lo que se produce, por el contrario, es una identificación con los
personajes, el espectador pierde esa capacidad de reflexionar objetivamente
sobre lo que sucede en el escenario”.
Tanta falta hace reflexionar y no ser un simple narrador de
noticias, de las noticias que otros redactan y él sólo lee.
*Historiador a favor del Colegio Profesional de Historiadores
del Perú.
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