OVARIOS EN REBELDÍA, A RITMO DE POESÍA
Isabel Perez Mendoza nació en Huacho un 30 de enero hace 21 años, creció siendo la mayor de 4 hermanos, una chica de ojos grandes y alma infinita, con una sonrisa ancha que esconde quizá un río, quizá un desierto, quizá el universo que desciframos en cada letra de rap que mientras sobrevive, va escribiendo.
Estudia Ciencias de la Comunicación en la UNJFSC, vende pizzas por las noches y en síntesis se dedica a soñar que a través del hip hop así como logró un “autorescate”, se puede salvar al mundo. La juez como la llaman, se describiría en una sóla palabra como “autentica”, yo creo que en este mundo de plástico y carbón, esa palabra se puede traducir como valiente.
Isabel recuerda su primera canción “El mundo es nuestro” creada para dormir a Camila, su hermana pequeña. La bebé en brazos fue su primer auditorio, la prueba inconsciente de que la voz de Isabel, tenía vida. Y aunque después de eso, ella se dedicó a vivir cantando la vida, no fue hasta años después cuando el rap llegó a susurrarle rimas al oído. Fueron las letras de las raperas Sky y Prinz, quienes le mostraron este nuevo océano en donde se sumergería hasta las profundidades. Su primera canción de rap la escribió con las bases que hurtó de la computadora de un amigo suyo, también rappero a quien le hacía los coros. Esa canción se llamaba “Mi razón de ser” y también iba dedicada a uno de sus hermanos, en este caso a David.
Después de superar un fallido debut , donde los nervios le cortaron la canción con una risa a carcajadas, la carrera de La Juez fue en subida libre. Ha ganado concursos locales (Festirap, 1° y 2° lugar) y ha participado en diversas movidas de rap a nivel nacional, a su corta edad ya se ha rozado con grandes exponentes del rap y a cambio de haber descartado la posibilidad de ser telonera del extinto Cancerbero por inseguridad, ha tenido la oportunidad de grabar un tema en el mítico estudio RESISTENCIA de Pedro Mo. Este tema, que sin ánimo de hacernos propaganda también se llama RESISTENCIA, es un tema escrito con sangre, ya que al ser hija de comerciantes ambulantes, Isabel sufrió en carne propia la represión del serenazgo huachano al desalojarlos de las calles. “Yo no podía ir a agarrar un palo y defender a mi gente, lo único que tenía a la mano era un lapicero y eso fue lo que usé” , nos confiesa Isabel.
Al margen de todos los logros que ha alcanzado y los que pueda alcanzar, creo que el verdadero éxito de esta muchacha es haber descubierto el papel transformador del arte, tanto en la vida personal como en la colectiva. Como nos dice en la canción “La Séptima”, ella ha usado el hip hop para curarse y para poder contribuir al cambio del mundo, y es entonces cuando recuerdo la frase de Bertolt Brecht: El arte no es sólo un espejo para reflejar la realidad sino un martillo para transformarla.
Gracias por resistir, Isabel, por sobrevivir a la vida, por incendiarnos con el fuego de tus canciones.
Gracias por el artículo!
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